La lucha por la supervivencia del Montpellier HSC: Una historia de goles, determinación y gloria
En un enfrentamiento que parecía sacado directamente de una película deportiva dramática, el Montpellier HSC se enfrentó al Stade Rennes el 2 de marzo de 2025 en el Stade de la Mosson. Imagina esto: Montpellier, el desvalido de la Ligue 1, colgando precariamente en el 18º lugar de la tabla, como un concursante en un reality show a solo un voto de ser eliminado. Enfrente, el Stade Rennes, un equipo que se sienta un poco más cómodamente en el 13º, como un compañero de casa con una alianza secreta.
El rendimiento del Montpellier esta temporada ha sido como un paseo en montaña rusa que salió mal, con más caídas que picos. El equipo ha concedido la asombrosa cantidad de 54 goles, ganándose el dudoso honor de tener el peor récord defensivo en la liga. Es como si intentaran defender un castillo solo con fideos de piscina. Entra Teji Savanier, su maestro del mediocampo, encargado de realizar un acto de Houdini para evadir el descenso.
Por el contrario, el Rennes, bajo nueva dirección, parece haber encontrado su ritmo. Piénsalo como una banda que finalmente ha encontrado el ritmo correcto después de algunas actuaciones desafinadas. Ludovic Blas, su creador de juego, es el guitarrista principal que puede convertir cualquier partido en un éxito en las listas. Su forma reciente ha sido un faro de esperanza para los fieles seguidores del Rennes.
Este partido fue más que solo tres puntos; fue una línea de vida para Montpellier. Con solo cuatro puntos que los separan de la zona de playoffs de descenso pero siete puntos de la seguridad, cada pase, entrada y gol se magnifica. A medida que el reloj avanzaba, la tensión en el estadio era palpable, como esperar la ceremonia final de rosas en 'The Bachelor'.
En última instancia, el juego fue un microcosmos de la temporada de Montpellier: destellos de brillantez ensombrecidos por debilidades defensivas. Si logran escribir un cuento de hadas de escape o enfrentar la trampilla del descenso sigue por verse, pero una cosa es segura: este viaje está lejos de terminar.