Las luchas tácticas del RB Leipzig reveladas en la derrota de semifinales de la copa
En el mundo del fútbol, a veces un equipo puede tener todos los ingredientes correctos pero aún así luchar para hornear el pastel perfecto. Tal fue el caso del RB Leipzig al enfrentarse al VfB Stuttgart en la semifinal de la Copa Alemana el 2 de abril de 2025. A pesar de haber nombrado recientemente a un nuevo chef en la forma del entrenador Zsolt Löw, Leipzig se encontró incapaz de convertir su posesión y disparos en una receta ganadora, cayendo finalmente 3-1 ante Stuttgart.
El partido comenzó con un temprano sacudón, ya que Angelo Stiller de Stuttgart encontró la red en tan solo el sexto minuto. Era como si Leipzig tuviera todos los ingredientes correctos pero dejó el horno demasiado alto, permitiendo a Stuttgart capitalizar sus oportunidades. A pesar de tener más posesión general, los ataques de Leipzig eran como una serie de fuegos artificiales que iluminaban el cielo pero no explotaban con la brillantez esperada.
La posesión a menudo se compara con controlar el volante de un coche. Cuanto más tienes, mejor puedes dirigir el juego. Leipzig mantuvo este volante con la mayoría de la posesión, pero parecía incapaz de dirigir hacia un camino ganador. Sus intentos fueron frustrados una y otra vez por el portero de Stuttgart, Alexander Nübel, quien jugó el papel de una pared de ladrillos, bloqueando los disparos de Leipzig como un experto portero en una máquina de pinball.
Después de un breve destello de esperanza cuando Benjamin Sesko redujo la brecha con un gol tras el segundo de Stuttgart, el momentum de Leipzig fue nuevamente apagado por el decisivo disparo de Jamie Leweling. Este gol fue el último clavo en el ataúd, mientras Stuttgart navegaba hacia su primera final de copa en 12 años. A pesar de los esfuerzos de Leipzig, su falta de cohesión era evidente, recordando a una orquesta sinfónica donde cada músico toca en una clave diferente.
La derrota resalta los problemas tácticos en curso para el RB Leipzig. Bajo el nuevo liderazgo de Zsolt Löw, el equipo aún no ha encontrado armonía en su juego. El desafío es claro: transformar su estilo de juego basado en la posesión en una estrategia que no solo controle los partidos, sino que también convierta oportunidades en goles. A medida que miran hacia adelante, Leipzig debe trabajar en mezclar sus talentos en una unidad cohesiva, como un chef maestro asegurándose de que cada sabor complemente al otro, creando un plato que no solo se vea bien, sino que sepa a victoria.