Stoke City: Cuando Llueve, Lluvias en Elland Road

Aficionados de Stoke City, prepárense, porque lo que sucedió el 21 de abril de 2025, fue como ver una repetición de su película de terror menos favorita—excepto que esta vez, el villano era un imparable Joël Piroe, y el escenario era un empapado Elland Road. Perder 6-0 ante Leeds United, los líderes de la liga, fue una calamidad futbolística que dejó incluso a los aficionados más optimistas de los Potters buscando sus pelotas antiestrés y galletas de emergencia.

El partido comenzó como un episodio de The Flash, con Joël Piroe vistiendo el rayo escarlata para anotar cuatro goles solo en la primera mitad. Era como si tuviera una vendetta personal contra la defensa de Stoke, atravesándola como un cuchillo caliente a través de la mantequilla. Sus goles en el minuto 6, 8, 20 y 41 dejaron a la defensa de Stoke pareciendo una colección de calcetines desparejados—descoordinados y llenos de agujeros. Si esto fuera un videojuego, los jugadores de Stoke podrían haber estado buscando el botón de reinicio.

Como si las hazañas de Piroe no fueran suficientes, Junior Firpo decidió unirse a la acción, anotando en el minuto 26, mientras que Wilfried Gnonto añadió el clavo final en el ataúd en el minuto 59. Fue una actuación que hizo que Leeds pareciera los Harlem Globetrotters del Championship, mientras que Stoke interpretaba el papel de los Washington Generals—los eternos chivos expiatorios.

Esta paliza deja a Stoke languideciendo en el 18° lugar con unos no tan impresionantes 50 puntos. Es una posición precaria, como ser la tercera rueda en una cita—incómoda, incómoda y siempre tambaleándose al borde del desastre. Mientras Leeds consolida su posición en la cima con unos contundentes 94 puntos, Stoke necesitará canalizar su Rocky Balboa interno para volver a escalar en la clasificación.

Las estadísticas ofensivas de Stoke eran tan impresionantes como un sándwich empapado, ofreciendo poco en respuesta. La defensa, repetidamente vulnerada, parecía más un colador que una línea de defensa sólida. Es posible que las tácticas del entrenador requieran una revisión seria, o al menos, una visita de un guru defensivo—porque seamos sinceros, permitir seis goles es como dejar la puerta de entrada abierta en un vecindario lleno de mapaches kleptomaniacos.

Al final, este fue un partido que los aficionados de Stoke querrán olvidar más rápido que la última temporada de Game of Thrones. Pero cada nube tiene un forro plateado, y quizás esta llamada de atención es lo que los Potters necesitan para reiniciar su temporada. Hasta entonces, estaremos aquí, con los dedos cruzados, esperando un giro digno de los mejores dramas deportivos.