La travesía de San Martín de Tucumán en la Copa Argentina termina a manos de River Plate

En la fresca noche de agosto de Santiago del Estero, la ambiciosa carrera de San Martín de Tucumán en la Copa Argentina fue detenida por un formidable River Plate, que aseguró una victoria por 3-0. La atmósfera en el Estadio Único Madre de Ciudades era palpable mientras ambos equipos salían al campo, con San Martín esperando desafiar las probabilidades contra uno de los clubes más laureados de Argentina.

San Martín de Tucumán llegó a esta ronda tras una tensa victoria en penales contra Colón, un triunfo que mostró su resistencia y determinación. Situados en el tercer lugar de la Zona A de la Primera Nacional, a solo tres puntos de los líderes Atlanta, la forma de San Martín había sido irregular, como se vio en su empate con Tristán Suárez y una derrota ante Gimnasia y Tiro de Salta. Estas actuaciones crearon un trasfondo de imprevisibilidad al enfrentarse a la fuerza de River Plate.

River Plate, bajo la dirección de su experimentado cuerpo técnico, demostró por qué a menudo se les considera el mejor equipo de Argentina. Gonzalo Montiel abrió el marcador con precisión, y su segundo gol más tarde en el partido consolidó el dominio de River. La contribución de Galoppo selló aún más el destino de San Martín, que, a pesar de sus esfuerzos combativos, se encontró superado. El entrenador Mariano Campodónico, en su conferencia de prensa posterior al partido, reconoció la superioridad de River, llamándolos los mejores del país, un sentimiento compartido por muchos.

El partido fue arbitrado por un equipo liderado por el árbitro Facundo Tello, cuyas decisiones fueron analizadas en el entorno de alta presión. A pesar de la derrota, San Martín puede mantener la cabeza en alto; llegar a esta etapa de la competencia fue un logro en sí mismo. Su campaña en la Copa Argentina, aunque concluida, ofreció valiosa experiencia y lecciones para el equipo, que pueden llevar adelante en sus esfuerzos en la liga.

River Plate, no sin sus propias críticas, disfrutó del apoyo vocal de sus aficionados. Su avance a los octavos de final, acompañado de un premio de $13,893,175 pesos argentinos, es un paso hacia otro posible trofeo y un testimonio de su continua excelencia en el escenario nacional.

A medida que las sombras se alargaban sobre Santiago del Estero, San Martín de Tucumán salió del torneo, pero no sin dejar una huella. Su viaje, caracterizado por momentos de brillantez y tenacidad, sienta las bases para lo que podría ser un futuro prometedor en el fútbol argentino.