San Martín de Tucumán se debilita: Arsenal de Sarandí triunfa en La Ciudadela
Cuando el sol se ocultó en el horizonte el 31 de agosto de 2025, los sagrados terrenos de La Ciudadela se erguían como una fortaleza rica en ecos de la historia del fútbol. Sin embargo, en esta fatídica noche, el histórico bastión de San Martín de Tucumán fue testigo de una humillante derrota 0-3 a manos del Arsenal de Sarandí, un partido que perdurará en la memoria de los fieles por varias temporadas.
El encuentro, parte de la 29ª jornada de la Primera Nacional, fue anticipado con fervor. La apasionada afición local, un mar de rojo y blanco, envuelta en banderas y bufandas, llenó las gradas de esperanza y expectativa. El aire estaba impregnado con el aroma de los choripanes de los vendedores ambulantes, y los cánticos rítmicos de "Vamos, San Martín" reverberaban en el cielo nocturno. Pero la anticipación se convirtió rápidamente en desilusión cuando sonó el silbato y el juego comenzó.
Desde el principio, el Arsenal de Sarandí impuso su voluntad a un San Martín que parecía a la deriva y desprovisto de su habitual ímpetu. Los visitantes, disciplinados y clínicos, asestaron tres golpes decisivos que dejaron a los locales buscando respuestas. Mariano Campodónico, el entrenador de San Martín, se encontraba en la línea de banda, una imagen de frustración, mientras su equipo luchaba por ofrecer una resistencia significativa.
En las entrevistas posteriores al partido, un sombrío Campodónico no se anduvo con rodeos, reconociendo la gravedad de la derrota. "Sin duda, fue una de nuestras peores actuaciones de la temporada," lamentó, con la voz teñida de decepción. "Vinimos buscando tres puntos, pero desafortunadamente, fuimos derrotados de manera convincente. Debemos reagruparnos y encontrar nuestra forma si queremos ascender en la tabla."
El capitán del equipo Darío Sand, también, se enfrentó a los medios con una determinación férrea. "Nos fallamos a nosotros mismos y a nuestros seguidores," admitió con sinceridad. "La responsabilidad recae en nosotros como jugadores para rectificar nuestro rumbo. Se lo debemos a nuestros aficionados para rendir mejor."
Esta derrota, desprovista de lesiones significativas o arriesgadas tácticas, ha proyectado una sombra sobre la campaña de San Martín, complicando su posición en la tabla de la liga. Sin embargo, en el fútbol, como en la vida, la capacidad de resurgir de las cenizas de la derrota es a menudo la verdadera medida del carácter. El camino por delante está lleno de desafíos, pero el espíritu de San Martín de Tucumán ha sido forjado en las llamas de la adversidad antes.
A medida que los aficionados salían de La Ciudadela, su decepción era palpable, pero también lo era su amor inquebrantable por su club. Porque en el mundo del fútbol, cada derrota lleva dentro de sí las semillas de futuros triunfos, y la historia de San Martín de Tucumán continúa desarrollándose, capítulo tras capítulo.