El acto de equilibrio táctico de Real Zaragoza: Un empate 1-1 con Castellón

En una actuación que se sintió como un acto de funambulismo, Real Zaragoza logró arrebatar un empate 1-1 contra Castellón el 31 de agosto de 2025. Jugando en el Estadio Skyfi Castalia, el partido se desarrolló como un tenso juego de ajedrez, donde ambos equipos intercambiaron movimientos estratégicos, pero ninguno pudo dominar completamente el tablero.

La primera mitad fue un empate, similar a dos boxeadores que se sienten entre sí sin propinar golpes significativos. Zaragoza, con solo el 42% de la posesión, parecía contento de absorber la presión como una esponja, esperando el momento adecuado para contraatacar. Su estrategia era reminiscentemente de un conductor defensivo en una carrera de Fórmula Uno, conservando los neumáticos hasta las últimas vueltas.

En la segunda mitad, Brian Cipenga de Castellón rompió el empate en el minuto 59, atravesando la defensa de Zaragoza como una aguja a través de la tela. Para Zaragoza, fue un momento de verdad, y necesitaban cambiar de marcha. Con el reloj corriendo y la urgencia aumentando, el plan táctico de Zaragoza se transformó. Dani Gómez encarnó el papel de héroe en los últimos minutos, encontrando la red en el minuto 86, como un escalador alcanzando la cima en los momentos finales antes del atardecer.

Sin embargo, a pesar del empate tardío, las luchas de Zaragoza están lejos de terminar. Aún no han ganado en sus primeros tres partidos de la temporada, una racha sin victorias que se siente como un coche atascado en segunda marcha. Sus problemas ofensivos son evidentes, logrando solo dos disparos a puerta durante el partido, lo cual es tan preocupante como un barco con un agujero en el casco.

A medida que avanza la temporada, Zaragoza necesitará encontrar una manera de convertir la posesión y la presión en puntos. Este empate los deja bajos en la clasificación de LaLiga 2, y aunque un empate puede sentir como un salvavidas lanzado a un nadador que se ahoga, el equipo sabe que deben empezar a nadar más fuerte para alcanzar costas más seguras.