La noche de montaña rusa de Real Oviedo contra Barcelona: De un inicio de ensueño a un despertar catalán
Los aficionados del Real Oviedo en el Estadio Carlos Tartiere habrían podido creer que estaban viviendo un cuento de hadas la noche del 25 de septiembre de 2025. Durante un breve y brillante momento en la primera mitad, su equipo recién ascendido no solo se mantenía firme contra los gigantes del FC Barcelona, sino que de hecho estaba liderando. Alberto Reina, canalizando su Thor interior, lanzó un potente disparo desde lejos que aprovechó un raro error del portero del Barcelona, y de repente, los desvalidos estaban al frente. Cue las escenas de júbilo y los sueños de un acto de sorpresa.
Pero, como cualquier espectador de cine experimentado te dirá, el viaje del protagonista rara vez está libre de desafíos. Entra el heroísmo del Barcelona en la segunda mitad, liderado por Eric García. Era como si los catalanes hubieran recibido un discurso motivacional en el medio tiempo digno de una película deportiva de taquilla. El gol del empate de García llegó en el minuto 56, un tiro que parecía desafiar la física, al igual que una explosión de Michael Bay.
A medida que avanzaba el partido, la introducción de Robert Lewandowski fue como llevar una bazuca a una pelea de pistolas de agua. Su cabezazo en el minuto 70 fue tanto preciso como inevitable, aumentando los problemas de Oviedo, que intentaba desesperadamente aferrarse a su liderazgo anterior. Y justo cuando pensabas que el guion había llegado a su fin, Ronald Araújo apareció en el minuto 88 para entregar el acto final con un cabezazo que cerró el ataúd.
A pesar de la derrota 1-3, Oviedo mostró destellos de brillantez y resiliencia, gracias en gran parte al portero Aarón Escandell. Sus paradas, incluida una espectacular negación de un disparo de Rashford, mantuvieron a Oviedo en el juego más tiempo del que muchos esperaban. Como un buen actor de reparto, la actuación de Escandell fue crucial, incluso si no cambió el resultado.
La derrota deja a Oviedo con mucho en qué reflexionar, pero también con mucho de qué estar orgulloso en su batalla de David contra Goliat. Mientras tanto, Barcelona, incluso sin jóvenes talentos como Lamine Yamal y Gavi, continúa su búsqueda del Real Madrid en la cima de LaLiga, a solo dos puntos de distancia. Para Oviedo, la noche fue un recordatorio de que tienen el potencial para escribir su propia historia de desvalidos, incluso si este capítulo particular terminó en desamor.