AD Ceuta: Una Temporada de Consistencia y Disciplina
En el corazón de Ceuta, enclavado dentro del vibrante pulso de la ciudad, se encuentra el Estadio Municipal Alfonso Murube. Su extensión, aunque modesta con una capacidad de 5,294 asientos, resuena con la pasión y los sueños de AD Ceuta, un club que continúa grabando su nombre en los anales de la Segunda división con pasos firmes, aunque no espectaculares. A medida que la temporada 2025/26 despliega su historia, AD Ceuta se encuentra navegando por el camino de la consistencia y la resiliencia.
A través de los once primeros partidos de esta campaña, el equipo ha demostrado una inclinación por el equilibrio, manteniendo un promedio de 1 gol anotado por partido, mientras concede un poco más, 1.09 goles. Este delicado equilibrio no es solo un reflejo estadístico, sino una narrativa de un equipo que juega con un corazón que late al unísono con sus aficionados. Carlos Hernández y Jos Matos han sido los pilares, siempre presentes en el campo, su presencia tan constante como las mareas que rodean la costa de Ceuta. Junto a ellos, Youness y Aisar también han emergido como figuras infatigables, compartiendo su fiabilidad con Kuki Zalazar, quien comanda el mediocampo con su presencia inicial del 88%.
En el crisol de la competencia, la disciplina es tanto una espada como un escudo. Para AD Ceuta, esto se manifiesta en forma de 2.55 tarjetas por partido, una estadística que habla de un equipo dispuesto a empujar los límites mientras coquetea con la línea de la agresión. Es dentro de esta tensión que AD Ceuta forja su identidad, un equipo que baila al borde, pero que permanece anclado por las manos firmes de Guille Vallejo, quien guarda la portería con una consistencia encomiable, apareciendo en el 88% de los partidos.
La línea delantera, puntualizada por la presencia de Anuar y K. Kon, refleja una rotación estratégica, con Anuar jugando en el 50% de los partidos y K. Kon en el 75%. Esta elección táctica subraya una filosofía de adaptabilidad, una disposición a ajustar las velas según los vientos predominantes de cada partido. Las contribuciones del dúo, aunque no prolíficas, son integrales en la búsqueda de estabilidad del equipo en la liga.
A medida que la temporada se extiende hacia el horizonte del invierno, AD Ceuta se erige como un testimonio de la perseverancia en medio de las rigores de la Segunda división. Su historia—una de utilización constante de jugadores y un compromiso con su identidad central—se despliega dentro de las paredes de su querido estadio, donde cada partido no es solo un concurso, sino un capítulo en una narrativa más amplia de resolución y ambición.

