Ajustes tácticos de Levante UD en medio de preocupaciones por lesiones a finales de octubre de 2025
A medida que Levante UD navegaba por las difíciles aguas de finales de octubre de 2025, se encontraba lidiando con una serie de lesiones que alteraron significativamente su paisaje táctico. La ausencia de Iván Romero, una figura clave en la estrategia ofensiva de Levante, se sintió particularmente. Tras haber anotado ya cuatro goles a principios de la temporada, la indisponibilidad de Romero obligó al entrenador Javier Calleja a recalibrar su plan de ataque, especialmente a medida que el equipo se acercaba a partidos cruciales contra Celta Vigo y Orihuela CF.
Con Romero fuera, Goduine Koyalipou emergió como un candidato probable para llenar el vacío en la delantera. La inclusión de Koyalipou requería un cambio en la dinámica ofensiva de Levante, enfocándose más en transiciones rápidas y aprovechando los espacios detrás de las líneas del oponente. Este ajuste no solo fue estratégico, sino también necesario, ya que la producción ofensiva del equipo necesitaba revitalización tras los recientes reveses, incluida una decepcionante salida de la Copa del Rey.
Karl Etta Eyong proporcionó un destello de esperanza en medio de las penas por lesiones. Con un impresionante total de cinco goles en siete apariciones, la forma de Eyong se convirtió en un faro para las aspiraciones ofensivas de Levante. Su capacidad para encontrar espacio y explotar debilidades defensivas ha atraído la atención de clubes más grandes, destacando su creciente influencia dentro del equipo. El papel de Eyong se volvió aún más crítico a medida que el equipo buscaba mitigar la pérdida del poder goleador de Romero.
Las líneas de mediocampo y defensa no fueron inmunes al virus de las lesiones. Diego Pampin, Pablo Martinez y Oriol Rey estaban todos en duda, añadiendo capas de complejidad a la planificación táctica de Calleja. La posible ausencia de estos jugadores requería un enfoque más conservador en el mediocampo, centrándose en la retención del balón y minimizando la exposición a los contraataques.
A pesar de estos desafíos, la adaptabilidad táctica y la resiliencia de Levante fueron puestas a prueba. La combinación de rotaciones estratégicas en la plantilla y la dependencia de talentos emergentes tenía como objetivo estabilizar los niveles de rendimiento. Sin embargo, el impacto de estas ausencias fue evidente en sus actuaciones en la liga, donde la consistencia seguía siendo esquiva.
A medida que el equipo buscaba reagruparse y avanzar, los próximos partidos servían como una prueba de su profundidad y versatilidad táctica. La capacidad de Levante para navegar con éxito este período y emerger más fuerte dependerá en gran medida de su habilidad para integrar estos ajustes tácticos mientras mantienen una ventaja competitiva.







