El duro día de Middlesbrough: Watford gana 3-0 en un choque del Championship
Es una verdad universalmente reconocida, al menos en el mundo del deporte, que no todos los días pueden ser un paseo por el parque—o, en el caso de Middlesbrough, un paseo por el Championship. 1 de noviembre de 2025, no será recordado con cariño por los aficionados de Boro, ya que vieron a su equipo sufrir una derrota de 3-0 a manos de Watford en el siempre intimidante Vicarage Road.
Imagina esto: Middlesbrough, subiendo alto en una ola de buena forma, se encuentra en medio de un partido que se sentía más como un episodio de 'Juego de Tronos'—lleno de promesas pero terminando en desilusión. El héroe convertido en villano del día fue el propio Kjerrumgaard de Watford, quien canalizó su Thor interior, golpeando las defensas de Boro con la precisión del propio Mjolnir. Marcó dos veces, primero con un volea que solo podría describirse como arte—no, una obra maestra—en el minuto 32, y luego con un disparo desde 25 yardas que dejó a todos, incluido el portero de Boro, Sol Brynn, cuestionando sus elecciones de vida.
El día de Middlesbrough no estuvo completamente desprovisto de momentos destacados, a pesar de lo que sugiere el marcador. Hubo momentos de brillantez en ataque, con Hayden Hackney, Delano Burgzorg y Tommy Conway intentando cambiar el rumbo. Sin embargo, sus esfuerzos eran como intentar detener una ola gigante con una cuchara. El entrenador Rob Edwards intentó barajar las cartas con algunos cambios alrededor del minuto 70, pero fue un poco como reorganizar las sillas en el Titanic—un ejercicio de futilidad.
El partido también tuvo su buena dosis de drama. Sol Brynn se encontró en el centro de atención por razones que probablemente preferiría olvidar, después de que el árbitro John Busby rechazara una reclamación de penalti de Mamadou Doumbia de Watford. Fue uno de esos momentos que podría haber sido sacado directamente de una telenovela, con un final de suspenso que dejó a todos adivinando.
En el gran esquema de las cosas, este partido fue solo un bache en el radar para Middlesbrough—un tropiezo, sí, pero difícilmente el fin del mundo. Sin embargo, es un recordatorio de que incluso los planes mejor trazados pueden salir mal a veces, especialmente cuando se enfrenta a una finalización clínica como la de Kjerrumgaard. A medida que el polvo se asienta y los jugadores lamen sus heridas, Middlesbrough necesitará reagruparse y reenfocarse. Después de todo, en el Championship, el próximo partido siempre está a la vuelta de la esquina.







